Y éstos bellos ejemplares, ¿dónde los has fotgrafiado; Marisol? Supongo que en cantabria o Asturias, en los picos de Europa. Son imágenes de postal. Yo guardo en mi memoria el recuerdo de una manada de caballos salvajes chapoteando en las marismas de La Camargue, sur de Francia. Son unos animales preciosos, elegantes, fuertes y nobles. Un lujo tenerte como reportera. Felicitaciones. Un beso.
Hola, Juan, un gusto verte por mi blog de fotos. Pues lo parece, verdad, pero la tomé en el Pirineo Catalán, en La Vall de Boi, Boi Taüll. Una escena bella la que describes. Estos están diseminados por toda la parte alta de la montaña, ya tocando unas pistas de esquí muy famosas.
Estoy de acuerdo contigo, el caballo es uno de mis animales preferidos, por su belleza, elegancia y nobleza. Fíjate, de pequeña tenía pasión por ellos, y una vez pude disfrutar de montar uno, bajo supervisión del dueño, en una feria, cuando contaba con cinco años. Fue impresionante estar montada encima, me pareció estar altísima, claro que era muy pequeña.
Gracias, amigo, por tus palabras. Anima a seguir vuestras visitas.
¡Huy! ¡Caballos sauvage! Los sacaste del haras de... Ah, no, cierto que debes traslarte para las fotos, perdóname, por favor, pero ¡qué ignorante y bruta me pongo/soy a veces!
Me encantó la foto. Es una belleza. Como todas las que tienes. Creo que es un don especial el tuyo, que te permite extraer -y traer a la luz- el alma de cualquier imagen, o lo mejor de ella. En esta línea de pensamiento, podría decirte que una imagen perfecta es aquella que ha sido presentada del único modo posible. Tal como lo hacés vos.
Por otra parte, las reflexiones que enlazas a las mismas se integran de tal modo, tan adecuado, que tentada estoy de decirte que es asimismo, la única lectura posible que puede hacerse de ellas. Calculo que esto sólo puede lograrse siendo dueña de una sensibilidad ultrafina... ¡Con razón escribes tan bien también!
Siempre me admira lo que encuentro en este blog, aunque no disponga de tiempo para postear como quisiera.
Gracias, Marisol, por estos regalos para la vista y los ojos del alma.
Ay, Mónica, igual te digo que a Juan, vosotros sabéis que no ha podido ser. Ahora, sí, prometo enmienda, queda firmado, sino ya sabes, siempre puedes demandarme, lleva la firma, jaja.
Pues la saqué de los Pirineos, esta vez Catalán. Últimamente parezco una cabra, me paso más tiempo allí que en mi casa :); aunque ellos cansados de mí, han puesto remedio a eso y me han dado unas vacaciones forzosas, jeje. Ya es que veo unos guisantes y creo que me toca subir montañas.
Ay, querida amiga, qué bueno es reconocer nuestras faltas.
Caramba, uff, qué bonitas palabras dices de mis fotos. ¡GRACIAS! Tienes una poesía encima, no dentro, que no se puede aguantar. Te aclaro que esto es un piropo grande.
Bueno, no siempre es fácil encontrar la frase. Primero elijo la foto, obvio, y según lo que me inspire así busco luego, a veces hasta rebusco y entonces me digo que para qué me meto en estos líos, pero cuando la encuentro, la verdad es que me quedo la mar de a gusto. Vuelvo a agradecerte esos piropos y pasa cuando puedas, siempre es un gusto recibir a los amigos.
Adoro las imágenes rurales, la más simple encierra un encanto especial, tal vez sea que me he criado en el campo. (Entre vacas, arrozales y lagartijas) Te ha quedado hermosa. Me gusta “lo que ves” Margarita. Un abrazo
Pues qué bueno, Viv, que te criaras en un ambiente tan sano, en muchos aspectos, en el físico y el espiritual. Me das una sana envidia, jeje. Yo siempre que pudo me hago una escapada a un lugar así más tranquilo.
Me alegro que te guste. Y mil gracias por tus palabras. Me gustan las cosas sencillas, que a mi manera de ver son las que más felices nos hacen y las que importan.
Y éstos bellos ejemplares, ¿dónde los has fotgrafiado; Marisol?
ResponderEliminarSupongo que en cantabria o Asturias, en los picos de Europa. Son imágenes de postal.
Yo guardo en mi memoria el recuerdo de una manada de caballos salvajes chapoteando en las marismas de La Camargue, sur de Francia. Son unos animales preciosos, elegantes, fuertes y nobles. Un lujo tenerte como reportera. Felicitaciones. Un beso.
Menos la salud :-)
ResponderEliminarMaravillosa foto, guapa. Nunca defraudas. Un beso
Hola, Ana, ¿qué hace esta niña bonita en este lugar?
ResponderEliminarMe alegro de verte, y tienes razon, todo sobra menos la salud.
Un beso.
Hola, Juan, un gusto verte por mi blog de fotos. Pues lo parece, verdad, pero la tomé en el Pirineo Catalán, en La Vall de Boi, Boi Taüll. Una escena bella la que describes. Estos están diseminados por toda la parte alta de la montaña, ya tocando unas pistas de esquí muy famosas.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, el caballo es uno de mis animales preferidos, por su belleza, elegancia y nobleza. Fíjate, de pequeña tenía pasión por ellos, y una vez pude disfrutar de montar uno, bajo supervisión del dueño, en una feria, cuando contaba con cinco años. Fue impresionante estar montada encima, me pareció estar altísima, claro que era muy pequeña.
Gracias, amigo, por tus palabras. Anima a seguir vuestras visitas.
Un beso,
Margarita
Como sé que te gustan mucho, te he dediado un tema de caballos en mi blog.
ResponderEliminarUn beso
¡Huy! ¡Caballos sauvage! Los sacaste del haras de... Ah, no, cierto que debes traslarte para las fotos, perdóname, por favor, pero ¡qué ignorante y bruta me pongo/soy a veces!
ResponderEliminarMe encantó la foto. Es una belleza. Como todas las que tienes. Creo que es un don especial el tuyo, que te permite extraer -y traer a la luz- el alma de cualquier imagen, o lo mejor de ella. En esta línea de pensamiento, podría decirte que una imagen perfecta es aquella que ha sido presentada del único modo posible. Tal como lo hacés vos.
Por otra parte, las reflexiones que enlazas a las mismas se integran de tal modo, tan adecuado, que tentada estoy de decirte que es asimismo, la única lectura posible que puede hacerse de ellas. Calculo que esto sólo puede lograrse siendo dueña de una sensibilidad ultrafina... ¡Con razón escribes tan bien también!
Siempre me admira lo que encuentro en este blog, aunque no disponga de tiempo para postear como quisiera.
Gracias, Marisol, por estos regalos para la vista y los ojos del alma.
Un abrazo grande.
¡Gracias Ana! Y disculpa la tardanza en contestar. Prometo enmendarme :).
ResponderEliminarBueno, no sé, seguro que llega el día...
Tienes toda la razón, la salud nunca sobra. Es en lo único que debemos ser avaro, creo.
Siempre es un gusto verte por aquí.
Un beso,
Margarita
Juan, lo mismo te digo. Pero tú sabes que no me han faltado los motivos para ausentarme de la vida virtual, cuando la real te reclama...
ResponderEliminarCoincidimos, Ana tiene toda la razón. Y te agradezco de nuevo ese precioso video.
Un beso,
Margarita
Ay, Mónica, igual te digo que a Juan, vosotros sabéis que no ha podido ser. Ahora, sí, prometo enmienda, queda firmado, sino ya sabes, siempre puedes demandarme, lleva la firma, jaja.
ResponderEliminarPues la saqué de los Pirineos, esta vez Catalán. Últimamente parezco una cabra, me paso más tiempo allí que en mi casa :); aunque ellos cansados de mí, han puesto remedio a eso y me han dado unas vacaciones forzosas, jeje. Ya es que veo unos guisantes y creo que me toca subir montañas.
Ay, querida amiga, qué bueno es reconocer nuestras faltas.
Caramba, uff, qué bonitas palabras dices de mis fotos. ¡GRACIAS! Tienes una poesía encima, no dentro, que no se puede aguantar. Te aclaro que esto es un piropo grande.
Bueno, no siempre es fácil encontrar la frase. Primero elijo la foto, obvio, y según lo que me inspire así busco luego, a veces hasta rebusco y entonces me digo que para qué me meto en estos líos, pero cuando la encuentro, la verdad es que me quedo la mar de a gusto. Vuelvo a agradecerte esos piropos y pasa cuando puedas, siempre es un gusto recibir a los amigos.
Un besazo,
Margarita
Adoro las imágenes rurales, la más simple encierra un encanto especial, tal vez sea que me he criado en el campo. (Entre vacas, arrozales y lagartijas)
ResponderEliminarTe ha quedado hermosa. Me gusta “lo que ves” Margarita.
Un abrazo
Pues qué bueno, Viv, que te criaras en un ambiente tan sano, en muchos aspectos, en el físico y el espiritual. Me das una sana envidia, jeje. Yo siempre que pudo me hago una escapada a un lugar así más tranquilo.
ResponderEliminarMe alegro que te guste. Y mil gracias por tus palabras. Me gustan las cosas sencillas, que a mi manera de ver son las que más felices nos hacen y las que importan.
Un abrazo grande,
Margarita